Un Buen Educador

                       

Un buen educador

Es aquel que entrega todo en el aula y reconoce la importancia de su figura en el desarrollo cognitivo y social de sus educandos. La excelencia del docente depende de muchos factores, pero por sobre todo los humanos. Brindar confianza y seguridad a sus alumnos en un aula de clases son factores esenciales para motivar su aprendizaje.

Un buen profesor

Contar con buenos profesores es clave, porque son los modelos a seguir a de los niños. Existe consenso generalizado entre los expertos: los principales elementos de un sistema educativo es el binomio maestro-alumno para lograr avances en los aprendizajes de los estudiantes, dado que son ellos los que, en último término, implementan en la sala de clase cualquier política diseñada fuera de ésta. En este sentido, la calidad de cualquier sistema educativo es la calidad de sus profesores.

La actitud

No es lo mismo tener un profesor que imparte sus clases por obligación, que un profesor apasionado, con ganas de enseñar y aprender cada día más. La actitud cuenta y es algo que los alumnos notan a simple vista. Cualquiera que esté encantado con su profesión sin duda que hará mejor su trabajo. En esa línea, un profesor convencido de su capacidad para poder movilizar el aprendizaje de sus estudiantes tiene mayor probabilidad de motivarlos y convencerlos de que pueden aprender. Sin embargo, esta “actitud” no es algo únicamente intrínseco del maestro, el sistema educativo también tiene que decir algo al respecto: otorgándole mejores condiciones de trabajo y, sobre todo, transformando la valoración social de la docencia, a través de diversos mecanismos, como la profesionalización y reconocimiento o estímulos adecuados y pertinentes otorgados con equidad y justicia.

La formación pedagógica

La persona que opta por ser docente, pero a la vez quiere ser el mejor, buscará elevar su grado académico o se irá perfeccionando a medida que pase el tiempo para actualizar sus conocimientos. Los resultados de aprovechamiento escolar se deben a diversos factores, pero que hay unos más manejables que otros. Un factor relevante es el hecho de que los profesores agreguen valor a su trabajo, otorgando una formación de calidad de los alumnos.

Esto no se soluciona adicionando programas compensatorios  para los alumnos con bajos rendimientos –que a la postre disminuyen el tiempo establecido en el calendario escolar-, esto se logra regulando adecuadamente la oferta de programas de formación continua de profesores, utilizando criterios de calidad serios. 

La transversalidad

La evolución del concepto “transversalidad” ha sido rápida, llegando a simbolizar lo novedoso del sistema educativo actual.

“Transversal” ha pasado de significar ciertos contenidos que deben considerarse en las diversas disciplinas escolar, a representar un conjunto de valores y actitudes que deben ser educados. Es símbolo de innovación, e incluso en ocasiones se utiliza como paradigma de una reforma educativa.

Los temas transversales son contenidos curriculares que responden a las siguientes características:

• Reflejan una preocupación por los problemas sociales y que conectan fácilmente con las inquietudes y vivencias de los alumnos.
• Conectan la escuela con la realidad cotidiana y la cultura experencial de los alumnos.

Esta evolución refleja una doble dimensión:

• Una adecuada consideración de los temas transversales facilita la contextualización del resto de las áreas o asignaturas.
• El concepto transversal cobra importancia en la elaboración del proyecto escolar.

La condición para tratar adecuadamente el concepto de transversalidad reside en su consideración, desde la reflexión para que todas las materias contribuyan en la formación y educación del alumnado, hasta en la consideración de que las disciplinas no son compartimientos estancos, sino partes interrelacionadas de un todo en el que uno de los principales nexos son precisamente las transversales. 

María Luisa García Chío

Noviembre 2013